El Valle de Tanamá se encuentra dentro del municipio de Tecate en el Estado de Baja California, a 6.5 km al sur del centro urbano. La cercanía a Tecate, reconocida por su rica tradición agrícola, permitió que el Valle de Tanamá se integrara al crecimiento de la viticultura en Baja California desde sus primeras etapas. Con la llegada del siglo XXI, el Valle de Tanamá empezó a forjar su identidad dentro de la creciente industria enológica de Baja California. Hoy, el Valle de Tanamá no solo es parte de la oferta vitivinícola de Baja California, sino también un destino emergente enoturístico.
El Valle de Tanamá, situado en Baja California, se encuentra a 47 kilómetros del Océano Pacífico, y su proximidad le proporciona condiciones climáticas variadas. Es el valle con mayor lejanía del océano en Baja California, además de tener una ubicación más al norte. Con elevaciones promedio de 600 m sobre el nivel del mar, su clima sigue siendo Mediterráneo como en el resto del Estado, aunque disfruta de temperaturas más bajas a comparación. Durante el año, el cielo del valle se mantiene principalmente despejado, especialmente entre mayo y septiembre, donde más del 85% de los días son soleados. Este periodo de baja nubosidad favorece una exposición solar constante, esencial para el desarrollo fenólico de las uvas.
La radiación solar alcanza su máximo entre mayo y agosto, con promedios mensuales de hasta 8.5 kWh, lo que asegura un óptimo nivel de insolación para las viñas. Estos niveles de energía solar favorecen el crecimiento y la maduración de la uva, resultando en cosechas con mayores concentraciones de azucares y menor ácido. Sin embargo, la radiación disminuye considerablemente en invierno, llegando a 3.3 kWh en diciembre, lo que permite a las vides entrar en su necesario periodo de reposo. Las temperaturas máximas oscilan entre 17°C en invierno y 31°C en verano, con un promedio anual de 23.1°C. Este rango térmico moderado, junto con una variación diurna promedio de 13.9°C, facilita la acumulación de azúcares y manteniendo la acidez.
El valle de Tanamá recibe la mayor parte de su lluvia entre diciembre y marzo, con un promedio anual de 19.1 mm. Los meses de verano son generalmente secos, lo cual reduce el riesgo de enfermedades en las vides relacionadas con la humedad, favoreciendo prácticas de cultivo más sostenibles. La escasez de lluvias durante la temporada de crecimiento requiere el uso de sistemas de riego tecnificados para garantizar el suministro hídrico adecuado.
Aunque el Valle de Tanamá mantiene temperaturas relativamente estables, el fenómeno de “Condición Santana” puede provocar aumentos de temperatura inusuales. Este fenómeno ocurre cuando los vientos cambian de dirección, desde el continente hacia el océano, elevando la temperatura drásticamente por varios días. Este evento afecta especialmente al norte de Baja California y al sur de California, con registros de temperaturas extremas de hasta 49°C en junio de 1974 y mínimas de -6°C en febrero de 1987.
El Valle de Tanamá se clasifica en la Región III según la acumulación de Grados Día de Crecimiento (GDD), con un total anual de 1868, ideal para variedades de uvas tintas y blancas de maduración tardía. El Índice Huglin, que mide la acumulación de calor relevante para la viticultura, se sitúa en 1696, dentro del rango óptimo para producir vinos de gran intensidad aromática y buena estructura.
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